Claribel Medina se presentó en San Luis con la comedia “Feria Americana” de Sergio Marcos y Guillermo Camblor. En esta oportunidad, Érika De Sautu Riestra reemplaza a Ana Acosta.

Después de mucho tiempo, el productor puntano Jorge Fernández junto a Sequeira Producciones lograron que una obra de teatro vuelva a presentarse en las tres plazas teatrales más importantes de la provincia: San Luis, Villa Mercedes y Villa de Merlo con una gran aceptación del público.

Función en San Luis Capital

Ángeles (Claribel) es una actriz retirada que tiene una vida tranquila y ordenada, y transcurre sus días entre la atención de su emprendimiento familiar y una feria americana que organiza con fines benéficos. Su armonía se ve alterada por la sorpresiva irrupción de su gran amiga de la infancia, Luciana (Ana y Érika en gira), consagrada directora de cine que regresa de Estados para hacerle una tentadora propuesta que la pone ante una gran encrucijada. El tiempo apremia. Luciana insiste. Es ahora o nunca. Ángeles debe elegir entre seguir adelante con su apacible existencia, libre de sobresaltos y preocupaciones… o retomar sus viejos sueños e ir tras ellos, aunque eso la obligue a enfrentarse cara a cara con fantasmas del pasado que creía superados.

La querida actriz dialogó con Fran Vidal Espectáculos sobre cómo vive la gira nacional:

¿Por qué crees que te convocaron junto a Ana para esta comedia que dirige Alberto Lecchi?

Pienso que fue por la personalidad de nosotras, por esa comediante enorme y maravillosa que es Ana. Tenemos una energía muy parecida en la vida, una energía de ir para adelante, una energía optimista, una energía de adorar este trabajo y de tener un compromiso muy grande con el escenario. Ambas contamos con muchos años de teatro en gira, dos puntas en gira, que no es algo que es habitual en los actores. Hay muchos actores que prefieren solo la Capital porque la gira es una cosa muy sacrificada. Ana y yo somos muy aventureras en este sentido, amamos escoger teatros nuevos.

Con esta obra recorrieron más de 50 lugares, ¿Qué significa para vos fomentar la cultura del teatro en cada lugar?

Te puedo decir que nací, de alguna manera, amando el escenario. Mi padre era un amante del cine y no tanto del teatro. Creo que seguí esta profesión de la música y de la actuación por herencia de todo el conocimiento que me dejó mi padre, quien tenía un amor absoluto por el bolero, el tango, la salsa, el blues, entonces después yo me enamoré del rock y de la música en general. Él me dejó un legado muy importante en relación a la cultura y un amor especial por los actores y las actrices porque se conocía el cine con gran profundidad. Mi papá fue acomodador de cine durante su juventud y a la que le gustaba acompañarlo al cine era a mí. Yo iba a ver el cine continuado, tres películas de corrido con él. Tengo como un compromiso con el escenario, con el teatro. En este caso, estamos hablando del teatro desde el alma, desde adentro. Todos sabemos que el teatro lleva alegría y a su vez conmociona, comunica emociones y lleva a la gente a volar, a creer en una fantasía, en un juego teatral. Durante esa hora, dos horas, una hora y cuarto, que dura una obra, la gente entra en una especie de trance de sueño y de juego junto con el actor.

Una comunión entre espectadores y actores, ¿no?

Exactamente. Amo que esto suceda, que el teatro pueda comunicar, amo los diferentes estilos del teatro. Si bien yo me he destacado más en la comedia dramática o en la comedia costumbrista en Puerto Rico tuve la posibilidad de hacer mucho teatro clásico y dramático, clásico, pude trabajar bastante en el escenario y entiendo.

¿Cómo definís al escenario?

El escenario tiene algo mágico que no lo tiene otra cosa, es como el arte más artesanal de la expresión y, por eso, me parece tan importante.

Esta pieza teatral indaga en lo que tienen las personas como deudas humanas pendientes, en cuanto a lo laboral, lo familiar o lo amistoso, ¿Te has encontrado con gente que reflexionó en algo después de ir a la función?

Oh, sí, es una de las cosas que logra esta obra. Una de las cosas que hace a esta obra diferente es que se te acerca mucho público al final para contarte experiencias personales donde tuvieron o siguieron un mandato familiar o tienen un secreto y la obra les despierta ir a comunicarlo.

Es una obra que despierta por la humanidad que tiene y la naturalidad con que se comunica a través del texto y de las actuaciones. La gente se siente fácilmente identificada y los personajes son tan queribles, tan verdaderos, son dos mujeres sinceras, luchadoras de la vida, que inmediatamente hombres y mujeres como que ven en ellas la posibilidad de cambiar algo en su historia de vida, ya sea una deuda que tienen pendiente y que estaría bueno resolverla antes de que la vida nos lleve al otro mundo.