El elenco conformado por Esther Goris, Florencia Otero, Horacio Roca y Adrián Lázare se despide del Teatro Picadilly, ubicado en Av. Corrientes 1524.
La última función de “La habitación de Verónica” será este martes 10 de septiembre, a las 21:00 horas.
Fran Vidal Espectáculos dialogó con sus protagonistas en exclusiva:
Al consultarle a Esther sobre su personaje, comentó que “Nada es lo que parece y todos somos muchos. La habitación de Verónica es un desafío, literalmente hablando, porque es una obra muy sólida del autor de El bebé de Rosemary. Es terror en vivo y no siempre es fácil hacerlo porque requiere de una precisión y de un rigor que es muy complejo y difícil de lograr. Dicen que ésta es la obra de terror que más se ha representado en la historia del teatro universal”.
Adrián es el actor que compró los derechos de la obra y también integra el elenco: “La vengo siguiendo desde 1997, me gusta desde chico y fueron trámites de 22 años de rastreo hasta que se dio la posibilidad de comprar los derechos el año pasado. Cuando la empecé a leer automáticamente pensé en quienes podrían acompañarme en esta historia fascinante. El trabajo con la directora Virginia Magnago ha sido minucioso, delicado e impecable. Hicimos mucho análisis de texto antes de empezar los ensayos y eso permitió claridad y solidez. Mi personaje me fue más difícil de lo que pensaba, fue un trabajo muy intenso”, destacó.
Horacio ya compartió escenas con Goris en la película de Evita, trabajaron en un programa de radio, en la novela La Leona y ahora, el teatro los volvió a unir. Acerca de su papel, el actor explicó que lo que más le atrajo del trabajo fue la combinación de varios personajes: “Es como una actuación por capas. Cuando creés que la persona es una cosa resulta que es una construcción y que también hay otro más detrás. Es un desafío importante y hemos trabajado muy bien con la directora. Lo que más disfruté fue esa triplicidad de roles”.
Florencia sostuvo que su trabajo es uno de los mejores que le han tocado interpretar en su carrera: “Es fantástico porque pasa por todas las emociones, el miedo, tristeza, terror, angustia, desconcierto. La obra está bien escrita y eso facilita mucho el trabajo del actor a la hora de transitarla”.
Mi crítica
Esta pieza teatral de Ira Levin deja al espectador sin respiro. Es un thriller psicológico con actuaciones excelentes, es como en el cine, pero en vivo.
La historia centra a Susan (Otero), quien es abordada mientras cena con su novio (Lázare) en un restaurante, por una encantadora pareja de ancianos (Goris y Roca) que se muestra impresionada por el parecido de Susan con Verónica, fallecida hace mucho tiempo. Susan y su novio acompañan a la pareja hasta la mansión para ver el retrato de Verónica y comprobar el parecido. Allí comienza la extraña pesadilla…
La obra tiene distintos recursos que van generando momentos de tensión, incertidumbre, suspenso, miedo y el espectador nunca se imagina lo que va a venir. Solamente la música nos va adelantando que las cosas no están del todo bien y hay que estar atento todo el tiempo para seguir el hilo conductor. Si te dormís en la butaca porque tuviste un largo día te despertás al instante.
El público que se ubica en las primeras filas queda asombrado, se asusta y hasta pega un grito.
Las ganas que tiene Susan de salir de “La habitación de Veronica” desesperan. El personaje de Florencia Otero requiere mucho esfuerzo en su cuerpo y cuerdas vocales.
El papel de la mujer perversa solamente lo podría haber hecho Esther Goris, ni que el autor lo hubiese escrito pensando en ella. La actriz va cambiando su personalidad de la noche a la mañana. Su trabajo actoral es un flash, te hace sumergir en una película de terror con su mirada, voz, gestos, movimientos, maquillaje, peinado y vestuario.
Horacio Roca la acompaña muy bien, hay química entre ellos, se entienden con las miradas y eso hace que los diálogos tenebrosos sean más ágiles y verdaderos.
Mientras que Adrián Lázare es una revelación, ya que su personaje ha requerido mucha preparación. Las conductas que tiene hacia su novia y las mentiras hacen detestarlo un poco.
No es una obra común en la cartelera porteña. En este tiempo que estuvo en escena se ha logrado un buen nivel verosimilitud para un público que está acostumbrado a las series de Netflix u otras plataformas digitales. Aquí no hay posibilidades de incorporar efectos, todo es más riesgoso. La escenografía, la iluminación, las luces y el vestuario son condimentos esenciales y lo supieron aprovechar para cumplir con su propósito, el miedo.
El terror es un género complicado de escribir, de dirigir y de actuar, hasta puede tornarse ridículo si no sale bien. “La habitación de Veronica” tiene todo el realismo que se necesita para montar una obra de terror en el escenario. Realmente, sólo faltan los créditos al final y nos creemos que estamos viendo un film de una historia terrorífica.
¿Logrará salir Susan de esa habitación el martes o se quedará encerrada para siempre? Andá a ver la última función y adquirí las entradas en boletería del teatro o a través de Plateanet.com
Equipo técnico y creativo
Vestuario: Pablo Battaglia
Prensa: Ximena Goldenberg
Música original: Martín Bianchedi
Diseño de luces: Gisela Marcheti
Operador de luces: Juan Pablo Reynoso
Operador de sonido: Tobías Rodríguez
Traducción: Manuel Lorenzo y Ramiro Pasini